- Los restos de comida y alimentos no deben tirarse en ningún caso por el baño o el fregadero, ya que constituyen una fuente de alimentación para las ratas en la canalización o sistema de tuberías.
- Los montones de abono en el jardín, que rebosan de residuos orgánicos, son una mesa puesta para las ratas. No arrojar en ningún caso ninguna comida cocinada. Preste atención a los agujeros en el suelo en las proximidades. Lo mismo es aplicable a los cubos de basura abiertos en el patio o el sótano así como a las bolsas de materiales reciclables (“bolsas amarillas”) con envoltorios de alimentos de los que no se hayan eliminado los restos de comida.
- Animales domésticos y ratas. Básicamente, la comida del perro, gato, pájaro, hamster y demás, también les gusta a las ratas. Por eso los grandes paquetes de comida para animales deben ser almacenados siempre cerrados. A las ratas también les encantan las casitas para pájaros, en las que pasan muy bien el duro invierno. En principio, la comida para las palomas también atrae a las ratas.
- Cerrar las bolsas de basura y depositarlas en el contenedor y sólo sacarlas a la calle el día de recogida. Lo mismo es aplicable a las bolsas amarillas.
- La tapas de los contenedores para basuras orgánicas deben permanecer cerradas, porque en caso contrario se introducen las ratas en ellos.
- Una limpieza escasa en el alojamiento de los animales y en las jaulas favorece la presencia de ratas.
- Consecuentemente, las puertas a los jardines y patios deben cerrarse, sobre todo en los meses de invierno.
- No dejar abiertas las ventanas de sótanos que no tengan rejillas.